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La hierba se seca y las flores se marchitan
    bajo el aliento del Señor.
    Y así sucede también con los seres humanos.
La hierba se seca y las flores se marchitan,
    pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre».

¡Oh Sion, mensajera de buenas noticias,
    grita desde las cimas de los montes!
Grítalo más fuerte, oh Jerusalén.[a]
    Grita y no tengas miedo.
Diles a las ciudades de Judá:
    «¡Aquí viene su Dios!».

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Footnotes

  1. 40:9 U ¡Oh mensajero de buenas noticias, grítale a Sion desde las cimas de los montes! Grítaselo más fuerte a Jerusalén.

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